lunes, 27 de junio de 2022

...Las múltiples posibilidades...


Te levantas una mañana y de repente todo ha cambiado, lo que parecía rosa, es gris y lo que era gris ha cogido un color más oscuro que el que solía tener. Cuando sales a la calle solo eres capaz de ver una sola calle que te lleva en la misma dirección, estás rodeada de paredes, no hay ninguna salida, ni tan siquiera un cartel donde puedas hacer un cambio de sentido.

Sigues caminando por la misma carretera y esperas que, al menos, ese camino te lleve a un laberinto, eso daría emoción, pasión  y te llenaría de ese peligro que tanto ansías, te daría una comparación de la repetición del mismo camino que llevas recorriendo durante tantísimo tiempo.

Impensadamente, ya no eres tú la que está en ese camino, ese camino se te ha metido dentro, lo llevas en la piel, te has pasado tanto tiempo dentro de él que empiezas a normalizar, lo que hace un tiempo, era imposible que consideraras tu rutina. Te has mimetizado de tal forma que ya no buscas un cambio de sentido, solo la flecha que te lleve hacía adelante. Pero... ¿Realmente la buscas o tienes miedo de buscar otra señal?

Y es cuando llega, te sientas, hastiada, sin poder seguir caminando, llevas demasiadas heridas y no eres capaz de reconocerte, y al apoyarte en una de esas paredes tan angostas y lúgubres, empiezas a girar la cabeza y al mirar detrás de tu espalda ves otro camino, ese que llevabas años buscando pero que creías que no existía y te das cuentas que hay más posibilidades, hay vida fuera de ese camino al que te habías resignado.

¿Sabes por qué lo has visto ahora? Ahora has madurado, estas capacitada para ver otras opciones que te ofrece la vida, estás cansada de la simplicidad de tus días, has aprendido tanto en esa carretera que te has preparado para salir, para arriesgarte, para jugártela. Ahora sí, ahora has vuelto renovada.