martes, 20 de septiembre de 2022

...Tu lista de prioridades...


Despierta, despierta...Tal vez llevas demasiado tiempo dormida, demasiado tiempo viviendo de fantasías, escondiéndote de la realidad y evadiendo el dolor, debes despertar.

Ponte esos zapatos que tanto te gustan, esa camiseta que te daba vergüenza usar porque no sabias si " por ser madre" iban a juzgarte duramente al vestirte de esa manera. Esos vaqueros ajustados que estaban en el armario y dudabas si volverías a esa talla, aunque tu talla siempre fue perfecta, aunque no quisieras verlo.

Pero ¿Sabes qué? Que eso no es lo más importante, te rompiste por dentro, sonreías cuando no podías y luchabas cuando no te quedaban fuerzas y tu alma gritaba, gritaba hasta quedarse sin voz. ¿La oías? No...te daba miedo el que dirían esas personas que te querían mal, que fingían estar a tu lado, a las que pensabas que le debías lealtad por haberte ayudado en el pasado pero que no te dejaban ser libre.

Pero ahora ya no sientes esa lealtad, ya no es tiempo de echar culpas, porque en el fondo sabes que la principal culpable fuiste tú, por haber intentado mover montañas que sabías que jamás cambiarían de lugar, por querer que el sol y la luna siempre brillaran al mismo tiempo y que la noche nunca llegara.

Pero los imposible no existen, aprendiste a golpes, con llantos y con heridas que siempre te quedaran grabadas en tu corazón y en tu piel, pero también aprendiste que las heridas se curan, que los corazones se recomponen y que no llueve eternamente.

Puede que toda tu vida te haya llevado hasta este momento en el que te encuentras ahora, a cuidar a esa persona que has descuidado tanto, a mimarla, a ponerla en tu lista de tus prioridades, sabes que, si esa persona no está bien, nadie a su alrededor lo estará. ¿Sabes quién es, ¿verdad? Si...Tú.





2 comentarios:

  1. Una preciosa reflexión. La mayoría de las veces, nos dejamos a nosotros mismos, en la cola de nuestra lista de prioridades. Si cambiamos esa tendencia, empezaremos a ser felices de verdad y a dar lo mejor de nosotros mismos a los demás.

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  2. Un día cualquiera, te ocurre sin esperarlo: conoces a esa persona que te hace estremecer y tambalea todo tu mundo. La amas tanto, que hasta duele.
    Pero la razón te hace bajar a la tierra y te recuerda la realidad: los daños colaterales que puede causar esa bendita locura, pueden ser irreparables.
    Morirías por esa persona, pero nunca podrás estar con ella.
    Y decides seguir con tu vida, con el corazón incompleto...

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